Ana Karina Cárdenas López
Año tras año todos los ejecutivos, empresarios y líderes de empresas preparan su plan y objetivos para lograr las metas que se han dispuesto.
Parte de este proceso, que suele iniciar muchos meses antes, siendo ese trabajo invisible que pocos ven, pero tan crucial para el negocio, implica convertirse en un arquitecto o ingeniero de un proceso que va desde la revisión de la gestión hasta el fortalecimiento de aquellos puntos que se requiera y, ¿por qué no? De innovar en la manera de hacer las cosas.
Ese arquitecto o ingeniero tiene un gran reto por delante y es escuchar qué pasa a lo interno de su empresa o negocio. Pocos o muchos, tienes un público cautivo y ávido por conocer qué vendrá.
Preguntas como: ¿continuaremos en los mercados donde operamos o debemos abrirnos a más opciones?, ¿tendremos el mismo portafolio de productos o haremos mejoras y cambios?, ¿cómo nos diferenciaremos?, ¿contamos con el equipo adecuado para lograrlo?, son algunas de las interrogantes que suelen surgir.
El profesor de negocios de Harvard Business School y del Johns Hopkins University, Alfred Chandler, decía que “la estructura sigue a la estrategia”. Los líderes empresariales deben primero definir qué buscan, cuál es su estrategia de negocios y luego identificar la estructura que le dará vida a ello, que la hará sostenible en el tiempo.
Esto hablando desde el punto de vista del aspecto de la sostenibilidad que menos suele hablarse, pero que es tan relevante en el mundo de los negocios: la sostenibilidad económica.
El problema más común es cuando ambos conceptos están disociados o se inicia al revés: con la estructura que tengo debo cumplir mi estrategia o plan de negocios, pero la realidad es que adaptar un plan a la estructura puede ser riesgoso, pues causa confusión.
Resultados no exitosos, áreas, procesos y funciones sin claridad donde hay duplicidades o vacíos de cumplimiento, entre las más comunes.
Como consecuencia de ello y, con el fin de tener empresas sostenibles en términos económicos y financieros, debemos tomar en cuenta algunos conceptos muy relevantes. Estamos obligados a ver la película completa y no sólo enfocarnos en cómo desde el aspecto social y ambiental podemos ejecutar acciones, sino necesitamos empezar por tener una estructura sólida a partir de una estrategia clara.
¿Qué debemos tomar en cuenta?
- Cultura de transparencia: asociado a disponibilidad de información y su uso correcto a través de la figura del liderazgo empresarial.
- Competencias organizacionales: necesarias para los líderes y colaboradores con el fin de poder lograr los objetivos dispuestos.
- Gestión y procesos: claridad de funciones asociadas a áreas y la gestión de las mismas.
- Estructura claramente identificada: enfocado en roles y funciones claramente definidos y comunicados a lo interno de la organización.
El reto está en pasar de la idea a la acción, de llevar a cabo el paso de analizar, evaluar y pensar en la sostenibilidad a futuro y cómo puede lograrse, entendiendo que el ADN de ello recae en la forma que operaremos y que a veces requiere del reto por reiniciar o fortalecer distintos aspectos de las organizaciones, que quizás no teníamos contemplado.