Pía Zevallos
Sin duda alguna, el cambio climático es uno de los más importantes desafíos a los que el mundo se enfrenta y, en definitiva, enfrentarlo es una tarea que involucra a distintos actores. Hoy las empresas, indistintamente del sector, tienen el compromiso fundamental de sumarse a la mitigación del cambio climático mediante la reducción de su Huella de Carbono.
Pero, ¿qué es la Huella de Carbono? A nivel empresarial, es la totalidad de gases efecto invernadero (GEI) que causan el cambio climático, emitidos de manera directa o indirecta por una organización durante sus operaciones. Más allá del aporte a la salud del planeta, existen 5 beneficios para las empresas de reducir la huella de carbono y así ser más competitivas en el mercado actual:
El público lo demanda.
La reducción de la Huella de Carbono es un elemento diferenciador de cara a los clientes, colaboradores e inversionistas. Según un artículo de Morgan Stanley, la sostenibilidad es el sector de más rápido crecimiento en inversiones, llegando a USD 23 trillones a nivel mundial. Asimismo, el 86% de los millennials, los futuros inversionistas, manifestaron su interés por la sostenibilidad, y están dispuestos a abandonar inversiones potenciales debido a una actividad corporativa ambientalmente cuestionable.
Impactos en la economía.
De acuerdo al Informe de la Comisión Global de Economía y Clima, la transición a un crecimiento bajo en emisiones de carbono podría generar una ganancia económica directa de USD 26 billones hasta el 2030, en comparación con los negocios convencionales. Además, considerando esta visión a 10 años, también se podrán crear 65 millones de nuevos empleos con bajas emisiones de carbono a la vez que se evita más de 700,000 muertes prematuras por contaminación del aire.
Rentabilidad y gestión de procesos.
La medición de la Huella de Carbono permite identificar ineficiencias en la cadena de producción de bienes, así como en toda su cadena de valor. Tomar acciones de reducción de consumo y/o incremento en la eficiencia de los recursos y procesos resulta en un aumento de la rentabilidad de la empresa, a la vez que se reducen los impactos y se genera mayor licencia para operar.
Imagen y reputación.
La reducción de la Huella de Carbono demuestra que las empresas están tomando acciones concretas para disminuir su impacto en el ambiente.
Una empresa con propósito, una visión clara respecto a su entorno, junto con acciones que aportan significativamente a reducir daños al ambiente, logran que su público, tanto interno como externa, confíen y crean en ella. Un estudio de E&Y evidencia que un 66% de los consumidores de todo el mundo prefiere comprar productos sostenibles. Así, paulatinamente, las empresas van formando una nueva “personalidad” que evidencia su compromiso con un planeta saludable para todos.
Gestión de riesgo regulatorio.
En toda América Latina los países han asumido metas nacionales de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) al año 2030, en el marco del acuerdo de Paris. Países como Chile, Colombia, México y Perú cuentan ya con instrumentos de precio al carbono, como impuestos al carbono. Así, la reducción de la huella de carbono es una estrategia que permite adelantarse a los posibles cambios regulatorios del país.